domingo, 27 de junio de 2010

La llegada: Newcastle

De Inglaterra todos hemos escuchado cinco cosas: Londres, siempre está lloviendo, la puntualidad es lo primero, a las 5:00 pm hay que tomar té y los ingleses son gente especial. Sobre Londres no puedo decir mucho; no he estado ahí, pero toda la gente me dice que definitivamente tengo que ir. La frase recurrente es "London is completely different". ¿Que llueve todo el tiempo? Llevo más de una semana aquí y no ha caído una sola gota. Es verdad, a veces está nublado, pero ese clima es perfecto para mí. ¿Puntualidad? Sólo he tomado un tren (de Newcastle a Sheffield) y se canceló. Tuve que tomar uno que salía 10 minutos después y hacer un cambio de tren (que no estaba planeado originalmente). Pero hay que aceptar que luego de todo este embrollo el retraso fue de sólo 8 minutos. ¡No está mal! En cuanto al té, parece ser verdad. No es tan rígido, pero el té (así como la siesta española) parece ser una tradición. Finalmente, lo especial de los ingleses. ¡Son gente normal! Hay de todo, personas muy formales e informales, rockeros con aretes, descamisados, alegres y hostiles. Finalmente los estereotipos son lo peor en el mundo: el 90% es falsos.

Este viaje ha comenzado en Newcastle upon Tyne (sobre el río Tyne), la ciudad (importante) más al norte de Inglaterra. Newcastle es famosa por su vida nocturna y las despedidas de solter[o|a] (que aquí se conocen como hen party (algo tendrá que ver con las gallinas). El sábado las calles estaban llenas de personas disfrazadas  para la despedida de solteros: los hombres como superhéroes y con el novio amarrado a un poste y las mujeres de hadas, listas para atacar. 

Newcastle upon Tyne debe su nombre a dos cosas: el nuevo castillo (que ya no es nuevo), y el río Tyne:



La otra estrella de la ciudad es el "conejo vampiro", que está justo detrás de la catedral. Según entendí, nadie sabe lo que es realmente y ni siquiera quién lo puso ahí.


En el tiempo que he estado aquí no he podido probar la comida inglesa. Aún no sé qué es. Dos días he comido en el barrio chino: fideos fritos (un día con pollo, carne y camarones y el otro con conejo) y dos días en restaurantes hindús. Por los sabores no me quejo, muy buenos los dos, pero el estómago sí se empieza a quejar.

¡Hora de hacer una pausa! No más comida exótica, no más ciudad. Decidí irme al campo (countryside, somo se conoce por acá).  Muy cerca de Newcastle (de hecho una parte se encuentra en la misma ciudad)  se encuentra el Muro de Adriano, que el emperador mandó construir en Britania hace casi 2,000 años para defender al imperio romano de los britones, "ese pueblo que no puede ser conquistado, pero representa un enorme peligro para el imperio". El muro llegó a tener una extensión de más de 100 km. Para llegar ahí tuve que tomar el tren y caminar casi 5 kilómetros (que con la vuelta sumaron casi 10). Pero el cansancio valió la pena; tuve la oportunidad de estar en una de las fronteras del imperio romano.

En la foto se muestra un fragmento del muro muy cerca de la población de Halthwhistle, "the Centre of Britain". Fíjense bien que la estructura se sigue dibujando sobre la montaña hacia el horizonte. Lógicamente, en su momento fue mucho más alta y tuvo, permanentemente, soldados romanos custodiándola.


Éste ha sido sólo el comienzo. Leyendas, castillos con caballeros e historia, mucha historia (y también un poco de trabajo), me están esperando. Ahora sigue Sheffield: la ciudad más verde de Inglaterra.